jueves, 10 de marzo de 2016


Mi muñeca rota


Estabas como el que encuentra un tesoro en el fondo de un viejo cajón, en un rincón de una antigua habitación de juegos, amontonada como un trasto más tratando de brillar entre todo ese polvo. 

No parecía pasar el tiempo por tu rostro, ni siquiera parecía que supieses que es aquello que llaman tiempo. Estabas quieta, como una muñeca muerta con la que dejaron de jugar hace mucho. Como si hubieses perdido el alma en una de esas mañanas en las que se acaba despierta en cualquier cama y no supiste que hacer o puede que en una de esas largas noches que empiezan con tequila y terminan en café.

Tu cara parecía estar preparada para la portada de cualquier revista de moda, pero tú cuerpo estaba cansado y tu corazón ya no latía, tu mirada no brillaba al contemplar las estrellas. ¿En que momento permitiste que tus lamentos se quedasen dentro?¿cuándo empezaste a ser aquella muñeca triste para cortos ratos de juego? 
Dejaron de sonar largas canciones de amor, música al ritmo de tus caderas y miradas de admiración, quedando sólo a tu alrededor la triste melodía de una vieja muñeca rota.



No hay comentarios:

Publicar un comentario